martes, 11 de septiembre de 2007

Ni perdón, ni olvido ni piedras


Nubia Núñez Torres


Desperté temprano y preparé a mi hijo para ir al jardín. Se sube al auto y desde la entrada lo despido. El sol entibia la mañana y escucho los aviones como siempre. Pero no voy a clases aunque no es feriado. No es por flojera, ni sueño, ni frío ni menos por temor, es que no tengo clases. Mi campus estará cerrado toda esta semana. Por varios años respiramos lacrimógenas para el 11 de septiembre gracias a los encapuchados. Esa suerte de bandoleros míticos que se enfrentan a carabineros a piedrazos, con los rostros censurados por su propia censura, con tan sólo sus ojos despejados para mirar al enemigo que ellos se han construido. Sí, ¿o acaso me van a negar que esos pacos con los que entablan batallas gaseosas eran a lo sumo unos bebés, igual que ellos, 35 años atrás?
También es cierto que los bebés heredan rasgos, virtudes, historias y rencores, pero una vez que han crecido debieran, con esas armas y las de su vida, construir los propios.

El calendario ya no tiene al 11 en rojo, me cercioré de eso ayer, cuando pensé que había soñado que ya no era feriado. Y no es un sueño. Feriado viene de fiesta, y claramente hoy no hay nada que celebrar. Pero el rojo es también de sangre, sangre derramada en plazas, estadios, predios lejanos; sangre tapada con tierra, con cemento, con mentiras. Con verdades en la medida de lo posible.
Hace 35 años también hubo ruido de aviones. Ruidos de balas, de temor, de llantos, de derrumbes. Porque no sólo los edificios ensordecen al hacerse polvo, también las ilusiones.

Lamentablemente, hay perdones que no pueden perdonarse. Y olvidos que no se pueden olvidar. Muerte es distinto a matar. Morir es diferente a desaparecer. ¿Cómo reconciliarse sin tumbas, ni flores, ni rezos? ¿Cómo reconciliarse sin poder decir adiós?
No pido aquello que es imposible, sino un poco de juicio. Si la alegría y la juventud de tus padres llegaron hasta el toque de queda, si la libertad de tu país está a la altura de unas botas negras, si la guitarra de Víctor ya no suena en Sol mayor. Incluso si un uniforme arrasó con una vida cercana, no les regales más horas, más odio, más temor. Si arrasaron con la alegría de tus padres, no les regales la tuya peleando así, porque te cuento: ese paco al que le tiras piedras no tiene la culpa. Ese paco que quizás tenga menos años que tú, que claramente tiene menos estudios que tú, te juro por dios, si es que existe, no tiene la culpa.
Si es tu juventud la que se llevaron, no permitas que los niños sigan viendo como los jóvenes “causan disturbios” en el noticiero central. Si es la vida de quien amaste la que asesinaron, no les des en el gusto, no llenes tus manos de sangre y suelta esas piedras, tira esas balas. Enséñale a tu hijo a jugar, no a esconderse. Envíalo al jardín.

3 comentarios:

E-mail: prbravoh@hotmail.com dijo...

A ver. tú blog me pareció "muy blog". Lo que no es malo. Digo que es bastante ajustado al género literario "blog". Es decir, comienza con una anegdota personal, se vuelve reflexivo, emocional (viceral, diría yo), crítico social etc. Tiene un climax muy marcado y, por supuesto, un descenlaze interesante.

Es que esto de los blogs es una cosa híbrida entre ensayo y cuento. Importa no sólo la racionalidad de las ideas sino que importa también la estética con que se presentan. Y tu post tiene ambas cosas bastante bien conjugadas.

Por ejemplo, mi placer culpable son esos juegos de palabras "censurados por su propia censura"..."perdones que no pueden perdonarse y olvidos que no se pueden olvidar."..."Muerte es distinto a matar. Morir es diferente a desaparecer." Un juego de palabras por allí y por allá sasona bien.

El desenlaze me gustó mucho: "Enséñale a tu hijo a jugar, no a esconderse. Envíalo al jardín."

Es que ese "Envíalo al jardín" final fue un desenso en picada, un aterrizaje forzoso. De una cotideaneidad brutal. Un verdadero "cachetazo."

Una cosa dificil de lograr es el lenguaje espontaneo, natural. Casi como si estuvieras hablando de corrido simplemente. En ese sentido, las palabras "rebuscadas" o "forzadas" quiebran esa espontaneidad. Tienen que ser sólo palabras que uno use en el día día. Por eso que "entibia", "entablan", "cercioré", "predios" no me suenan espontaneos.

En fin, felicitaciones, me gustó mucho, de verdad.

Lorena Machuca W. dijo...

holiiii

oyeeeee soy la lore
oye mtt al blog dl profeeee
acabo d cachar la cuestión d los 30 días rayoooooooosssssss empanada ociosa no mas!

oye besitos
agregame a f/f :D

Julio Argomedo dijo...

Nubia cómo defines tú la "conciencia periodística"?
bella cambia mi blog. Esta es mi nueva dire
http://cafemodelo.blogspot.com